7.12.09

Orgasmos a un nivel superior: técnicas que van a hacer que tu clímax y el de él sean más duraderos, intensos y placenteros.



Existen algunas técnicas que hacen que el orgasmo se prolongue durante casi una hora (sí, leíste bien). De inmediato quisimos averiguar más sobre esta teoría que, en principio, nos sonaba muy poco creíble y por eso, consultamos a los especialistas. “Esta experiencia se denomina ‘orgasmo masivo y prolongado’”, explica el sexólogo Ezequiel López Peralta, de www.youtube.com/sexoterapia. “Se trata de alcanzar y sostener un estado de excitación elevado, preorgásmico, cuya sensación es un poco menos intensa y explosiva que el clímax, pero compensa con su larga duración. Así puede alcanzarse un orgasmo más intenso y prolongado de lo habitual”, agrega. Entonces, aunque este Gran O no llegue a durar 60 minutos, bien vale la pena probar.


Cuando estás por alcanzar el orgasmo, tus músculos se tensan y tu respiración se hace menos profunda. Y al cruzar la línea de llegada sentís una enorme sensación de liberación. Según los sexólogos Steve y Vera Bodansky, autores del libro Sobre el orgasmo: cómo experimentar y proporcionar un intenso placer sexual, “cuando te tensás, tus vasos sanguíneos se contraen, y se reduce el oxígeno y la sangre que circula por tu cuerpo. Este es el motivo por el cual tu orgasmo es más corto de lo que podría ser”. Ellos aseguran que podemos transformar un encuentro sexual en un largo y continuo clímax. La única manera de acceder a esta experiencia (grabátelo a fuego) es que te relajes. Después, pedile a él que te mime todo lo que pueda, sin dejarte pegar el gran grito.


La clave para lograr un nivel de excitación óptimo y duradero es alcanzar la línea de llegada (sin cruzarla), volver a cero y recomenzar. Repetí esto unas cuantas veces: esas idas y vueltas te harán mantener el placer al rojo vivo.


Te pasamos los trucos para lograrlo:


Dale toques inesperados. Olvidate de las clásicas zonas erógenas y lanzate a explorar. Demorate en las áreas menos investigadas del cuerpo de él (la parte de atrás de las rodillas, el interior del antebrazo o la cara interna de sus muslos, por ejemplo). “Podés aplicar besos delicados y lamidas. Hasta la simple exhalación del aliento alcanza para despertar la sensibilidad de una zona que, al no ser tradicionalmente asociada a lo erótico, no disparará el orgasmo de inmediato, pero mantendrá altos los niveles de excitación”, precisa Villalba. No descuides totalmente las áreas que rodean a los genitales, ya que los mimos ahí potencian el flujo de sangre hacia ellos. Podés acariciar el interior de sus piernas o frotarte contra su miembro por un rato. Duplicá la apuesta trazando un sendero de besos desde su boca hasta su abdomen, sin caer en la obviedad de pasar de allí directamente a su paquete.
Lo mismo debería hacer él cuando te mime: demorar la penetración todo lo que sea posible para aumentar la excitación. “Pedile que avance muy despacio hacia tus áreas más sensibles, para que te devore la ansiedad, pero sin llegar a undesenlace”, propone Villalba.


A dos manos. Apostá a las caricias más integrales y no lo toques con una sola mano. Así vas a crear una experiencia multisensorial que aumentará sus chances de llegar a un clímax extraordinario. Podés acariciar su aparato con una mano mientras que con la otra apretás suavemente la base o tironeás hacia abajo sus gemelos (con cuidado, ojo).
Ahora, llegó el momento de que él se ocupe de vos. Pedile que introduzca undedo en tu vagina y que intente ubicar tu Punto G. Al mismo tiempo, con ayuda deun buen lubricante y usando el dedo gordo de la misma mano, puede ocuparse de masajear tu clítoris, mientras que la otra mano se dedica a acariciar tu cola. La idea es hacer dos cosas diferentes al mismo tiempo, para que el agasajado reciba una dosis de placer XL. Esta técnica de “doble comando” vale también para cuando ya estén en plena acción. Por ejemplo, él puede acariciarte las lolas mientras hacen el perrito.


Variá la velocidad. A veces, el sexo parece una carrera de Fórmula 1 en la que, ¡ay!, el final del recorrido llega antes de lo que quisiéramos. Pero, con un poco deastucia, la historia puede ser distinta. La clave es utilizar diferentes velocidades a lo largo del encuentro. Si vas a mimar su paquete, por ejemplo, arrancá con largas y lentas caricias todo a lo largo del tronco de su amiguito, y andá incrementando de a poco la velocidad, aplicando caricias rápidas y fuertes en el capuchón (te conviene humectarlo con saliva o con algún producto específico). Cuando lo notes muy excitado, comenzá a bajar un cambio: retomá las mismas caricias del inicio. Esta variación rige también para el sexo oral y la penetración. Cuando él ya esté dentro de vos, hacelo variar entre las penetraciones profundas y lentas, con otras velocísimas y casi sin profundidad. Cuando notes que la cosa se pone demasiado interesante, acordate de hacerlo cambiar demaniobra: la idea no es llegar al final sino permanecer hot tanto como se pueda.


Jugá al stop. Es una de las maneras de mantener la excitación bien alta a lo largo de todo el encuentro. Al matizarlo con minipausas (pueden ser breaks con alguna bebida y chocolate de por medio), acumulás ganas. “Más allá de las técnicas, lo más importante es la actitud de disfrutar el momento, el paso a paso, sin centrarse exclusivamente en el resultado (el orgasmo). Con ese enfoque es más fácil manejar los tiempos, conectarse con las sensaciones corporales y encontrar el punto justo en el cual queremos detenernos”, detalla López Peralta.
Hacé una pausa durante el sexo oral y besalo durante algunos minutos. ¿Otro truco? En plena acción, pedile que saque su miembro y frotalo contra tu clítoris. O dedíquense nada más que a acariciarse. No solo se van a dar la oportunidad de recuperar el aliento,sino también de saborear nuevas sensaciones. Cuando retomen la acción, van a estar más hot que antes.


En el momento del clímax, probá algunas de estas técnicas que te damos para que tu Gran O te lleve directo al cielo.


PARA EL TUYO:


Relajate. “Respirar lenta y profundamente permite controlar los niveles de excitación y relaja los músculos pélvicos”, explica Villalba. Cuanto más oxigenada esté tu sangre, más intenso será tu clímax.
Dejá de maullar... al menos por un par de segundos. Interrumpir el orgasmo es igual a dividirlo en dos: por lo tanto, rinde el doble. Entonces, cada tanto pedile a tu chico que detenga sus acciones y, después de un rato, ordenale que retome. Cuando la acción recomience, todo se sentirá mucho más intenso. Hacé la prueba.
Fruncí tus músculos PC. “Son los que utilizamos para cortar la orina de modo repentino. Rodean la vagina y, al ejercitarlos regularmente, brindan un mejor control del orgasmo. De hecho, ellos se contraen rítmica e involuntariamente en el momento del clímax”, explica López Peralta. Si cuando alcanzás el clímax los fruncís a propósito varias veces, podés intensificar tu orgasmo: esas contracciones voluntarias harán que las automáticas surjan con mayor facilidad.

PARA EL SUYO:


Pará sus rotativas. Si cuando le hacés mimos orales o manuales a tu chico en su zona Sur, sentís que está por alcanzar la línea de llegada, detenelo. Para eso, ubicá un pulgar en la parte superior de la cabeza de su amiguito, mientras que con el índice y el pulgar de la otra mano creás una especie de aro con el que apretás la base de su tronco. De esta manera, vas a contener a tu hombre, al mismo tiempo que retenés la sangre en el pene(eso eleva el nivel de excitación).
● Sé lenta. Instintivamente, a medida que te acercás al orgasmo, aumentás la velocidad de tus movimientos. Bueno, no lo hagas más. En cuanto notes que él está a punto de llegar al clímax, bajá un cambio y pasá al modo suave. Así vas a prolongar el disfrute.
Apostá al PC. Así como fruncir los músculos vaginales favorece tu orgasmo, también propicia el suyo. A medida que avance hacia su Gran O, fruncí y relajá tu zona V, y así también vas a masajear su miembro.

TEXTO: JENNIFER BENJAMIN.

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